Era un día como otro cualquiera, no había nada extraordinario previsto, pero Dios tenía otros planes. Así fue el día en el que Pablo sintió la llamada de la vocación consagrada, como un flechazo y sin poder dudarlo, Dios le pedía que se entregara a Él, y como a veces no podemos fiarnos de nuestros sentimientos, pidió luz antes de abrir la Biblia al azar, y sus ojos se toparon con Isaías 43:1, donde dice "Y ahora esto dice el Señor, que te creó, Jacob, que te ha formado, Israel: No temas, que te he redimido, te he llamado por tu nombre, tú eres mío".
Cualquier persona podría haberlo interpretado de otra forma, pero Pablo lo cogió al vuelo, entendió que Dios le hablaba a él y le pedía todo. Lo habló con su director espiritual, que es quien te ayuda a saber lo que tienes que hacer para acercarte más a Dios y hacer las cosas bien con el Jefe, entre otras cosas. Ahí Pablo sabía que Dios le pedía que le entregara su vida, pero...¿dónde?
Con su historial médico, tras 5 años con varias recaídas en su enfermedad, no lo tenía fácil, pero nunca dejó de confiar en los planes de Dios. Unos meses más tarde, el 31 de mayo de 2023 le dijeron que el tumor había vuelto a aparecer, y al día siguiente le ingresaban en el hospital por insuficiencia respiratoria y fiebre. Tenía líquido en los pulmones y no sabían muy bien porqué. Durante ese tiempo en el hospital estuvo mejor acompañado que nunca, por la Eucaristía, porque como decía él: "Jesús Eucaristía es mi mejor paliativo". El 15 de junio, viendo como había crecido el tumor, le dijeron que le quedaba aproximadamente un mes de vida.
Fueron unos días en los que a pesar de estar ingresado en el hospital, el Jefe estaba moviendo hilos para que Pablo pudiera cumplir Su Voluntad, y el día 20 de junio, aún ingresado, le dan la noticia de que le permiten entrar "in articulo mortis" como profeso carmelita, algo que no es muy habitual que concedan, por lo que a Pablo le llegó su milagro y mayor regalo: poder vivir su vocación contra todo pronóstico.
Al día siguiente, el 21 de junio de 2023, en la habitación 615 del mismo hospital, recibe el noviciado, le dan el hábito carmelita y ese mismo día anuncia que su profesión solemne será el 25 de junio en el convento.
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Pablo en el hospital tras recibir el hábito carmelita con sus padres. |
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Fray Pablo María de la Cruz en la celebración de la profesión carmelita. |
Podéis ver la celebración de la misa completa de la profesión carmelita haciendo click aquí.